
Publicado: 15 de Abril de 2021
" El cambio climático y sus efectos están afectando cada vez más al ámbito productivo y laboral, provocando riesgos emergentes de diversa índole, que van en aumento y que las empresas deben tener cuenta en su planificación tanto productiva como de recursos humanos.
Por un lado, crecen los fenómenos meteorológicos extremos, que pueden condicionar la actividad de muchos sectores, como vimos con la tormenta Filomena; por otro, la pandemia de Covid 19 ha mostrado la gravedad que pueden alcanzar riesgos biológicos como las zoonosis, que se estima que han producido más del 60% de las enfermedades infecciosas detectadas en el mundo en las últimas décadas. A estos riesgos, hay que sumar los químicos (como la exposición a tóxicos, por ejemplo, en accidentes causados por fenómenos naturales) y los riesgos psicológicos asociados a este tipo de vivencias y a nuevas o crecientes fórmulas de trabajo.
Para todos los sectores, el estudio plantea la importancia de contribuir a mitigar el cambio climático y, con ello, los riesgos emergentes asociados, fomentando la eficiencia energética y la economía circular, aspectos en los que el tejido productivo de Aragón ya ha dado pasos muy significativos, y está planteando nuevos proyectos en línea con las líneas estratégicas marcadas por la Unión Europea y su Plan de recuperación.
De forma más concreta, el estudio señala el sector agrario como uno de los que más pueden sufrir por efectos del cambio climático. Todo ello puede incidir negativamente sobre los ya escasos márgenes del sector, así como suponer mayores controles e inversiones asociados a la seguridad alimentaria.
Por ello, se aboga por mejorar infraestructuras, modernizar el sector y ponerlo en valor para fomentar la inversión y el rejuvenecimiento, así como en tener en cuenta en las políticas del sector características claves como el tamaño de las explotaciones o el empleo estacional.
El estudio también se refiere al sector de gestión de agua y residuos, crítico tanto por factores climáticos como biológicos y químicos, y al de atención de emergencias y sanitario, que lo es, además, en la respuesta y combate ante todos estos riesgos a los que también está expuesto, con especial incidencia de los biológicos y los psicológicos derivados del estrés y la fatiga ante su trabajo en situaciones extremas.